Ps. Giovanna Indica
¿Quién nos acompaña cada día para interpretar nuestro entorno?
Nuestras emociones. Cuando reinan nuestras emociones, debemos aprender a ser muy conscientes de cómo nos permiten catalizar lo que vivimos diariamente.
Construimos la óptica de nuestra vida, a través del reinado de las emociones.
¿Qué son entonces las emociones?
Son estados afectivos o una reacción subjetiva al entorno que viene acompañada de una diversidad de cambios orgánicos que influyen sobre nuestros pensamientos y conducta, por tanto, tienen un impacto determinante en nuestra vida afectiva.
Diariamente debemos adaptarnos a diversas situaciones que experimentamos, de ahí que aparecen sin ser llamadas, emociones positivas y también negativas para permitirnos transcurrir diversos momentos.
En ocasiones, este ajuste a la realidad no se desarrolla de manera correcta y adecuada, como consecuencia se inicia un proceso de desarmonía con el entorno. Podemos estar interpretando el mundo de una forma inconsciente que incluso puede lastimarnos y de ahí, también sin mayor intención, lastimamos al otro que además es al que amamos.
Nuestro vínculo intrapersonal (con nosotros mismos), no es bueno y de ahí resulta que el vínculo interpersonal (con el otro), tampoco se construya con idoneidad.
Al ser conocedores de nuestras emociones, lograremos observarlas, comprenderlas y en algunas ocasiones, aceptarlas. Además, podremos confrontarlas para que sean nuestros verdaderos aliados.
En nuestra sociedad se ha incurrido en el desdén por las emociones. Se ha incluso criticado a quien evidenciaba emociones y las expresa espontáneamente y sin reparo.
Sin embargo, todas las evidencias nos indican, que las emociones muy por el contrario nos ayudan a regularnos y a construir el soporte necesario para enfrentar la vida.
Las emociones positivas como negativas se convierten en elemento fundamental en nuestra vida, ambas son necesarias y estrictamente relevantes para hacer un ajuste ad hoc de nuestras vivencias y el ajuste al entorno.
Desde el rol en el que nos encontremos, será fundamental observar cómo reinan las emociones en nuestra vida. Tenemos diversos roles y en cada uno de ellos, las emociones jugarán un papel preponderante.
Enfrentarnos a la vida haciendo prevalecer primordialmente las emociones negativas, denotará una interpretación poco saludable del entorno y de nosotros mismos.
En ese caso, una intervención oportuna de un profesional de la salud, como un psicoterapeuta será de gran aporte para brindarle los mecanismos de afronte a sus emociones adversas.
Por otro lado, si en nuestra vida emergen emociones positivas y aprendemos a reconocerlas, vivenciarlas y en especial, disfrutarlas, hablaremos de capitalizar el momento que vivimos. Estas emociones positivas nos ayudarán a sobrellevar quizás otras situaciones, además a recibir con aprecio real cualquier condición a sobrellevar.
¿Cómo logramos adoptar una postura positiva de la vida?
La respuesta siempre está en la calidad de nuestros pensamientos. Diversas investigaciones nos hablan de ello, sobre el impacto de nuestros pensamientos y su determinación en nuestras emociones. Escudriñando autores, destaco a un sobreviviente de los campos de concentración de Auschwitz, Viktor Emil Frankl. Este gran psiquiatra y neurólogo vienés desarrolla la Logoterapia, una psicoterapia que propone la “búsqueda de sentido” como motivación primaria en el ser humano. Una interesante propuesta que permite responder quizás parte de las interpretaciones que hacemos del entorno y su impacto en nosotros. Dentro de su propuesta nos hace además referencia sobre diálogos socráticos, estos diálogos pueden convertirse en relevantes porque de alguna forma nos permiten desafiar las interpretaciones diversas que hacemos las personas sobre diversos sucesos. ¿Nuestra interpretación es coherente con lo que estoy viviendo? Si otra persona experimentara lo mismo que yo, ¿Su interpretación e impacto en sus emociones serían las mismas?
En razón a lo manifestado, podemos categóricamente señalar que es fundamental hacer una interpretación justa y coherente de lo que experimentamos. Esta interpretación nos permitirá responder en forma contingente al episodio vivido.
Ciertamente se presentarán en nuestra vida sucesos y, en consecuencia, emociones que a veces no lograremos observar y menos aún, comprender. Se nos dificulta reconocer emociones y ese desconocimiento no nos permite intervenir oportunamente. A la luz de nuestras emociones podremos relevar información pertinente para darle especial sentido a lo que nos acontece y primordialmente hacerle frente.
Nuestra vida se verá acechada por emociones positivas, las mismas son de gran aprecio en tanto aumentan nuestra conciencia, atención y memoria. Nos potencializan, de ahí que su presencia en todo ámbito como el personal, educativo, laboral, social es fundamental. Emociones positivas como la gratitud, el amor, la alegría, el orgullo, entre otros nos fortalecen.
En tanto, las emociones negativas se convierten también en un punto de apoyo para nosotros, siempre han sido una cara de la moneda que no deseamos ver; sin embargo, son alertas tempranas para permitirnos adecuarnos al entorno, así como al suceso que evidenciamos. Emociones negativas como la tristeza, celos, ira, entre otros es señal o respuesta a lo que evidenciamos e incluso vivimos en el momento. Será importante comprenderlo, canalizarlo y hacerle frente.
El reino de las emociones nos vulnera; sin embargo, nos brinda la capacidad de crear condiciones propias para enfrentar al mundo en forma coherente.
Te invito a colocar una lupa sobre tus emociones, a evidenciarlas y a primordialmente, comprender que son parte de nuestras vivencias.
Bibliografía:
- Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona: Praxis.
- Ekman, P. (2012). El rostro de las emociones: signos que revelan significado más allá́ de las palabras.Barcelona: RBA Libros.
- Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional.Barcelona: Kairos.
- Punset, E (2008). Brújula para navegantes emocionales. Ed. Aguilar.