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Buscando definiciones, encontré que hay muchas opciones, dependiendo de las corrientes o perspectivas. Una de las definiciones nos dice que son estados psicológicos basados en nuestras reacciones biológicas generadas por cambios neurobiológicos, y están asociados con pensamientos, sentimientos, conductas y un grado de placer o disgusto. Elaborada definición, bastante completa, y que la podemos resumir en que las emociones son lo que sentimos al interactuar con nuestro entorno. Hay una base fisiológica, centrada en nuestra percepción sensorial y nuestra percepción mental, nuestros recuerdos, ideas y comportamientos. Nuestro día a día está lleno de emociones, positivas y negativas.

Al momento de buscar y definir emociones positivas y negativas volvemos a encontrarnos con mucha información y diferentes puntos de vista. Por ejemplo, tenemos la gratitud, el optimismo, el asombro, el gozo y el amor. Solo leyéndolas muchos pueden sonreír al pensar en los momentos en que sentimos esas emociones. Por eso son positivas, porque nos dan tranquilidad y nos generan una sensación de bienestar.

Definimos gratitud como la capacidad que tenemos para detenernos y darnos cuenta de las cosas que damos por hecho, para luego pasar a valorarlas. El optimismo es la tendencia a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. Definimos el asombro como una impresión en el ánimo que alguien o algo causa en nosotros, por alguna cualidad extraordinaria o por ser inesperado. El gozo tiene que ver con nuestra capacidad de sentir placer y disfrutar de alguna situación, es también descrito como una emoción intensa. Finalmente, el amor implica un vivo afecto por una persona o cosa, buscando su bienestar.

Al otro lado de la moneda, están las emociones negativas, las cuales nos producen malestar y sentimientos de intranquilidad y disgusto. Las más estudiadas son el miedo, la ira, la tristeza y la ansiedad. Vamos a definir estas cuatro y agregaremos la culpa. El miedo es opuesto al asombro, ya que lo inesperado es percibido como una amenaza, real o supuesta. Y aunque nos puede llenar de malestar, es una respuesta adaptativa, que es útil en situaciones en las cuales debemos estar alertas y atentos, como cuando caminamos solos en la calle. La ira aparece cuando nuestra metas o deseos no son logrados, generando una reacción de irritabilidad intensa. La tristeza es la sensación de dolor anímico, producido por una pérdida o suceso desfavorable que nos llena de insatisfacción. La ansiedad es un estado intenso de preocupación que nos lleva incluso a manifestaciones físicas en el cuerpo, como sudoración o dolores en distintas partes del cuerpo. Y, finalmente describimos la culpa como la sensación interna de haber hecho algo malo o provocado daño a los demás.

Estas emociones se pueden dar en distintos momentos y muchas veces se conectan entre ellas, el asombro nos lleva al gozo y eso a la alegría, mientras que el miedo puede generar ansiedad, y luego de estar molesta e irritable puedo sentir culpa por tratar mal a alguien de mi entorno. Lo importante es ser capaz de reconocer nuestras emociones y poder manejar las reacciones que nos generan.

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